Alfombras para un invierno envolvente
Una de las piezas de decoración básicas del hogar, especialmente en otoño e invierno, es la alfombra.
Las alfombras protegen el suelo pero también abrigan la casa, fomentan la calidez y hacen los espacios mucho más acogedores.
Otra función de las alfombras muchas veces es crear zonas o ambientes dentro de una habitación.
Si tú también quieres abrigar tu casa ahora que se extienden las bajas temperaturas, echa un vistazo a nuestros modelos coloridos, originales y apegados a las tendencias actuales.
Además, todas las alfombras que vendemos en nuestra tienda son naturales al 100%, como nuestra ropa de cama.
Materiales más populares de las alfombras
A la hora de elegir una nueva alfombra, es preciso escoger no solo el tamaño ideal, sino también el material. La cuestión del material del que está hecha una alfombra es fundamental, ya que cada una tiene unas propiedades, pros y contras. Veamos cuáles son las diferentes entre los materiales más usados hoy en día.
Las alfombras de materiales naturales
Lo bueno de los materiales naturales es que son más auténticos y sostenibles. Si quieres sí o sí una alfombra de un material orgánico, estos son los más populares:
Alfombras de lana
Una de las grandes ventajas de las alfombras de lana es su durabilidad, además de su capacidad aislante. Las alfombras de lana aíslan térmica y acústicamente una habitación y regulan también la humedad.
Otra ventaja de este material es que recupera fácilmente su aspecto original, pese a usarse muchos años o colocar encima mesas pesadas, sillas, pufs...
Alfombras de algodón
Este tipo de alfombras suelen ser más asequibles que las anteriores, más sencillas de mantener (se pueden lavar en lavadora) y de tacto más suave.
Admiten bien el tintado y no provocan electricidad estática. Realmente agradables para la piel, las alfombras de algodón son más ligeras que las de lana, pero se desgastan antes.
Alfombras de fibras vegetales
Innegablemente de tacto más frío, lo que se hace más patente en invierno, no ha impedido que cada vez sean más populares en los hogares.
Estas alfombras son auténticas y dan sensación de máxima naturalidad en un hogar. Las más habituales son las de yute, sisal, rafia o bambú.
Algunos de estos materiales no son recomendables para lugares de mucho tránsito, como por ejemplo el yute, ya que se deteriora fácilmente.
Todas ellas son malas amigas de la humedad y los líquidos (algo menos las de bambú), por lo que no son aptas para baños o exteriores donde suele llover mucho.
Tienen una gran ventaja en cuanto a su limpieza, ya que solo precisan de un buen aspirado frecuente, por las dos caras, para estas higiénicas.
Las alfombras sintéticas
Si no te importa que tus alfombras no sean de materiales naturales (normalmente también de elaboración artesanal y más sostenibles), puedes encontrar muchos modelos en el mercado de alfombras de materiales sintéticos. Los más habituales son el poliéster, el vinilo, el polipropileno o la viscosa.
Las de pelo largo son muy acogedoras y cálidas para los hogares durante el invierno, además de resistentes y de tacto agradable. Otra ventaja es que suelen ser más baratas.
¿Cómo mantener tus alfombras como el primer día?
Las alfombras son un tipo de textil de hogar que puede ser realmente longevo si tiene una mínima calidad y se cuida correctamente.
Antiguamente las alfombras se recogían cuando llegaba el verano, se llevaban a la tintorería para una limpieza exhaustiva y nos las guardaban hasta que acababa el estío.
Aunque hoy en día todavía muchas familias lo siguen haciendo, otras prefieren comprar alfombras de materiales más ligeros y fáciles de lavar en casa. Ya sean alfombras de fibras que solo necesitan un buen aspirado o alfombras de algodón que pueden lavarse en la lavadora.
Sea como sea, mantener de forma idónea tus alfombras, en función de su material y características, así como de las indicaciones del fabricante es fundamental.
En general, nuestros consejos para lavar alfombras en lavadora serían estos:
- Mira la etiqueta para asegurarte de que la alfombra puede lavarse en la lavadora.
- Asegúrate de que la alfombra cabe en tu lavadora. Si no cabe bien, mejor llévala a una lavandería de tu barrio donde las lavadoras son más grandes.
- Lávalas siempre en frío, a 30º, no más.
- Elige un ciclo delicado para el lavado.
- Evita el centrifugado y, a ser posible, deja que se sequen al aire.
- No uses detergente, sino un jabón suave y neutro.