( PARÉNTESIS )

Suena el móvil, un café rápido, se escucha el tráfico, respiras, se te cierran los ojos, (conectas, sientes el sol cálido en los pies, ese ambiente denso pero lleno de frescura, calma, suspiras, el silencio te acompaña, tu cuerpo se deja descansar sobre un espacio acolchado, respiras), y abres los ojos pero ahora con una sonrisa.

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el paréntesis de Nuria

Nuria siente mucho, siente todo lo que hay a su alrededor además de lo que ella tiene por dentro. Pero Nuria ha encontrado su paréntesis: una cama hecha suya.

El espacio que la rodea está limpio y solo tiene aquello que la hace sentir cómoda: una alfombra que la ayuda a poner los pies en la naturaleza, unas plantas con las que hablar y a las que cuidar y unas piezas de arte que la ayudan a irse muy lejos dentro de ella misma.

Y en ese espacio,neutro, controlado, desaturado, Nuria se siente a salvo. Ahí deja que salga ese estrés diario que le acompaña a todos lados.

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el paréntesis de Carla

Su día a día es frenético. Un trabajo que le apasiona y una familia a la que ama llenan su jornada de tareas a la vez que de energía.

Esa energía que recarga su motor durante la noche para seguir con el día siguiente.
Carla no necesita muchos paréntesis, es de esas personas que se recarga de forma instintiva.

Cuando necesita “parar el tiempo”, solo hay una cosa que la evade: el mar.
Agua azul índigo, turquesa o medianoche que suena de fondo mientras todo se calma. Flores a su alrededor que se mueven con el viento y el sabor de un libro y una fruta fresca a mediodía.

Ese placer de tener el mar cerca solo en vacaciones le devuelve el confort y la frescura mediterránea que necesita.

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el paréntesis de Laura

Laura no entra en su paréntesis, vive allí. Ella trabaja creando y crea trabajando con sus manos.

Entremezcla cuerdas de algodón para moverse por las puertas, macetas y casas de los demás.
Laura es Laucrame y Laucrame es Laura.

@laucrame

Ha encontrado en su paréntesis la mezcla perfecta entre profesión y evasión, tanto que ya no distingue el paréntesis del trabajo.

Ella se evade de todo allí, solo necesita un espacio vacío donde crear, luz suave, tonos algodón y un punto donde colgar y atar cuerdas.

Es entonces cuando su mente se libera y visualiza nudo a nudo su próxima creación.

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el paréntesis de Mónica

Mónica se conecta con ella misma a través de su cuerpo, sus músculos, sus huesos y su mente.
Saca todo lo que lleva dentro durante esa explosión física y ahí es donde recupera el control.

Pero su paréntesis no empieza ahí, su paréntesis se da en el momento en que llega el sosiego tras el movimiento.


Ahí es donde ella siente realmente su cuerpo en calma y por fin puede entrar en su paréntesis para sanar su mente.


Donde va cuando no puede moverse y necesita parar, naturaleza a su alrededor y zona de descanso tras sentir el cansancio en su cuerpo.

Ha encontrado la evasión por el camino directo, ha llegado a su paréntesis.

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el paréntesis de Claudia

Sentirse en paréntesis para Claudia es tan valioso que lo quiere para ella sola. Ese algo que le hace sentir especial.

Ese espacio íntimo donde nadie sabe qué ha pasado y ella quiere que siga siendo así. Y en ese espacio solo hay una cosa, luz.
Un ambiente denso lleno de luz difusa y cálida que le transporta a su paréntesis.

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Ella es fotógrafa, ella crea con luz y la luz es la que la cura. En ese paréntesis deja que el sol entre para calentarle los pies fríos.

Claudia en su paréntesis piensa en lo que quiere, en qué cocinar a la tarde, en qué libro leer esta noche, en cómo cuidarse para seguir adelante.

A veces todos necesitamos un paréntesis donde se pare el tiempo. Un espacio idealizado donde “estar” libre. Para cada uno, su paréntesis es distinto, pero todos tienen algo en común: calma, luz, comodidad, espacio, color e intimidad.

Slow life.