La primera de la lista
Las madres son las que todavía suelen llevar el peso de los cuidados en el hogar y la carga mental de las cuestiones domésticas.
Por eso, queremos reivindicar en este día tan especial el derecho de todas las mamás a cuidarse, priorizarse, dedicarse tiempo y solo pensar en ellas cada vez que quieran.
El dormitorio es uno de esos espacios propios, santuario privado por antonomasia, donde es posible relajarse y dedicarse a lo que más gusta. Una habitación con una ropa de cama preciosa, suave, bonita e inspiradora, aporta bienestar.
Las mamás pueden colgar el cartel de “hoy no estoy para nadie” cada vez que quieran y refugiarse en su habitación a leer, meditar, escuchar música o un podcast, devorar una serie o rescatar su película favorita.
¡Ellas mandan!