Cuando llega el otoño, las temperaturas bajan, los días se acortan y nos apetece más refugiarnos en casa. Disfrutar de la comodidad del hogar es un placer. Y si en esas estancias tranquilas y acogedoras se reúne toda la familia, ¡no hay mejor plan!

Para el fin de semana podéis planificar un día completo de juegos, risas y diversión familiar. ¡A los más pequeños les encantará pasar el día todos juntos! Estos son los que más se atesoran en la niñez y los que generan los recuerdos más bonitos.

Si además queréis dejar de lado las pantallas, podéis planificar una jornada lúdica tradicional con varias actividades.

Lo ideal sería realizarlas en los espacios de la casa más amplios y cálidos. La cocina, el salón y la habitación de los peques serán los mejores lugares.

 

¡Empecemos con un buen desayuno!


El día dedicado a la diversión familiar puede empezar con la elaboración de un desayuno especial entre todos. Una propuesta saludable sería hacer tortitas caseras acompañadas de fruta variada. Se puede completar, como bebida, con un batido de fruta y leche o un zumo natural.

Los niños pueden preparar la masa de las tortitas, recopilar las frutas y decorar la mesa. ¡Un desayuno de fin de semana sabe mejor si ponemos un poco de mimo a la decoración!

Podemos desplegar un suave y bonito mantel, sacar las servilletas de tela (una opción más sostenible) y ubicar un set de platos y cubiertos por comensal.

Hay varias versiones de “pancakes” caseros saludables, como las que sustituyen la harina blanca por avena y el azúcar por stevia u otro tipo de edulcorante más sano.

Si queremos un desayuno nutritivo, es importante no usar siropes y apostar por la fruta. Deja que los niños elijan sus favoritas: plátano, fresa, arándanos, mango, manzana…

Lecturas en nuestro refugio


Vuelve a la infancia jugando con tus hijos a construir un refugio o un fuerte con sábanas y cojines. ¡Cread una tienda de campaña donde quepáis todos!

Si el suelo de la casa no es cálido, será mejor colocar la tienda sobre una alfombra. Deja que los niños llenen el interior de cojines y peluches. Por último, coronad el resultado con algunas guirnaldas de luces. ¡Quedará ideal!

Dentro podéis jugar o leer en familia. También podríais disfrazaros y representar vuestra historia o cuento favorito. Y después de comer, la tienda será el sitio más cómodo para echar una cabezadita…  

 

Niño con libro entre las manos tumbado en la cama



 

 

¡A rescatar los viejos juegos de mesa!


La tarde depara juegos de sobremesa tradicionales. Si te has propuesto enseñar a los niños alternativas divertidas a lo digital, ¿por qué no rescatar algunos de los juegos con los que disfrutaste en tu infancia?

La oca, el dominó, las cartas o un juego de memoria harán que tus hijos recuerden esa tarde para siempre. Eso sí, elige el mejor juego en función de la edad de tus hijos.

Una propuesta creativa sería diseñar vuestro propio juego de memoria. Además de ser divertido, este juego ayuda a entrenar la memoria visual.

El “memory” es un juego clásico en el que se colocan varias tarjetas boca abajo formando un cuadrado o un rectángulo. Hay que tratar de reunir las parejas, levantando solo dos tarjetas por turno y por persona cada vez. Es importante que las tarjetas estén siempre en el mismo lugar, para facilitar el recordar qué dibujo se escondía debajo de cada una.

La parte más creativa sería crear vuestro propio set de tarjetas. Podéis dejar que los niños dibujen en cuadrados de cartulina iguales una veintena de parejas de animales u objetos cotidianos. Si los plastificáis, ¡os durarán mucho más!

Crear nuestros juegos o juguetes es algo que todos hemos hecho y es realmente gratificante.

Es probable que tras toda esta intensa agenda de actividades haya llegado la hora del baño y la cena. Para terminar un fin de semana en casa con la familia perfecto podemos leer un cuento en la cama, bajo las sábanas de algodón. Seguro que antes de terminar la última página, los peques ya han cerrado los ojos…

 

Niñas jugando tumbadas sobre la cama